Vínculos Interesantes en Fotografía

 

Duchamp y Boccini muestran 

la relación entre fotografía y escultura

200 obras de más de setenta artistas internacionales han sido cedidas por particulares, artistas o museos como el MoMA de Nueva York o el Pompidou de París para esta exposición, en la Academia del Arte de Berlín.

miércoles 22 de enero de 2014  02:12 PM
Obras de los hermanos Marcel y Raymond Duchamp, Umberto Boccini o Georges Demen se dan cita en Berlín en la exposición "Escultura basada en la lente: la transformación de la escultura a través de la fotografía", que explora la relación entre las artes plásticas y visuales.

En total, 200 obras entre esculturas, fotografías y vídeos de más de setenta artistas internacionales han sido cedidas por particulares, artistas o museos como el MoMA de Nueva York o el Pompidou de París para esta exposición, en la Academia del Arte de Berlín.


"Rueda de Bicicleta" de Marcel Duchamp, "Formas únicas de continuidad en el espacio" de Umberto Boccioni o "Hombre con cámara" de Duane Hanson, son algunas de estas piezas, que se exhiben desde hoy y hasta el 21 de abril en la capital alemana.


Estas obras conforman un recorrido audiovisual a través de tres espacios donde la fotografía se configura como forma primitiva, boceto y guía espacial de la representación estructural.


"La importancia de la fotografía radica en su veracidad y en su dotación de realidad, lo que ayuda no sólo a la elaboración de la escultura sino también a su documentación" aseguró Raimund Kummer, escultor y comisario de la exposición, en su presentación.


Documentación que se refleja en la exposición con un conjunto de diversas imágenes que recogen el trabajo de artistas como los hermanos Duchamp o el proceso creativo de "Geometría nelle mani" de Giuseppe Penone.


Una de las técnicas de imagen más primitivas que han ayudado a la evolución de la creación escultórica, según puede verse en la exposición, son las cronofotografías -imágenes que reflejan las distintas fases del movimiento- como las de Demen o Étienne-Jules Marey.


Sin embargo, a medida que se avanza por la muestra puede observarse la evolución hacia otras técnicas como la fotografía en color, hasta llegar a los escáneres corporales o las impresoras 3D de escultores hiper-realistas contemporáneos como Ron Mueck o Pia Stadtbäumer. 

Fotografía







Fotógrafos

Fotografos de Otras Latitudes



TRE - Casali, De Pietri, Frapiccini, Jodice, Leotta, Musi, Nicosia 

 

Daido Moriyama

Daido Moriyama1

Daido Moriyama Sitio Oficial


Josef Hoflehner

 

Nicolás Janowski


Domingo, 28 de abril de 2013

FOTOGRAFIA > EL AMAZONAS EN LA CAMARA DEL FOTOGRAFO ANTROPOLOGO NICOLAS JANOWSKI

La savia de la vida

Voluptuoso, atrapante, un largo universo que zizaguea latiendo de vida, frondosidad y secretos en el corazón de Sudamérica, el Amazonas no esconde un mundo sino cientos. En viajes periódicos de un mes, el fotógrafo y antropólogo Nicolás Janowski decidió explorarlos y recorrió la Amazonía ecuatoriana, boliviana y peruana registrando el mundo bajo la extracción petrolera y la inmensa mancha de cáncer y malformaciones que destila, las transformaciones en los ecosistemas por la llegada del hombre europeo y la prostitución, el alcoholismo y el turismo chamánico en los focos urbanos. La serpiente líquida es una serie que muestra, con parquedad y tremendo efecto, parte de lo que trajo de vuelta de sus expediciones.

Por Verónica Gómez

En 1641 Cristóbal de Acuña no tuvo reparos en calificar al río Amazonas como el mayor y más célebre de los ríos del Orbe. Tan embelesado estaba con los efluvios selváticos y la fiebre exploratoria que, de un plumazo, en su “Nuevo descubrimiento del gran río de las Amazonas”, Acuña desplazó a los titanes fluviales de la época –el Ganges, el Eufrates y el Nilo– para colocar al Amazonas en el podio. Pues si todos ellos desparramaban fecundidad a su paso, no cabía duda para el cronista de Indias de que “el Río de las Amazonas riega más eftendidos Reynos, fuftenta más hombres y aumenta con fus aguas a más caudalofos Occeanos”. Según el jesuita, sólo una cosa le faltaba al Amazonas para vencerlos en felicidad: tener su origen en el Paraíso. Pero Acuña era perspicaz: sabía que el Paraíso era una construcción labrada por la imaginación y la gracia literaria. Si “grandes Autores”, como Lucano, con sus poemas y relatos mitológicos, habían elevado a la categoría divina a los ríos mencionados, lo mismo se podía hacer con su querido río Amazonas. Sólo era cuestión de tiempo. Las arenas de oro y las infinitas riquezas ya estaban, sólo faltaba adorarlas con palabras. Casi cuatro siglos después, Nicolás Janowski (Buenos Aires, 1980) revisita el pulmón del mundo. En su muestra La serpiente líquida, curada por Julieta Escardó y vigente hasta fines de mayo en Casa Florida, podemos ver la punta del iceberg del copioso material que extrae en sus exploraciones. A diferencia de Cristóbal Acuña, no es la palabra la que guía a Janowski. A cada regreso de la selva, su mochila viene repleta de imágenes, imágenes atacadas por un destello súbito de movimiento. Fragmentos de nubosidad invariablemente oscura. Seres que, mitad animal, mitad humano, conservan su alma vegetal.

MARAVILLA HIBRIDA

Si bien la Amazonía tiene alma vegetal, apenas una breve estadía es suficiente para que nos invada la sospecha de que no es savia lo que hace latir tanta selva. Por las nervaduras es más probable que corra algo parecido a la sangre. Si uno se interna en una selva por la noche, los colores se apaciguan hundidos en la negrura, pero los sonidos y los olores son tan violentos que pueden embriagarte hasta el desmayo. Uno se siente planta, pero no por parecerse a una planta. Sino porque en la selva las plantas son musculosas y las raíces pueden ser de un rojo tan brillante como un pedazo de carne cruda arrojada al suelo. En realidad, la selva es un gran animal. Carnívoro, sudoroso, sofocante. Por eso es tan fácil sentirse tragado por la selva, porque estamos hechos del mismo material. Mímesis y seducción. Maridaje con el paisaje hasta alcanzar el punto caramelo, la maravilla de la hibridación. Tal vez la palabra más adecuada para describir esa sensación sea voluptuosidad y es lo que aparece de un modo u otro en las fotografías de Janowski. Cuando captura con su lente un cúmulo de agua barrosa, los volúmenes, acentuados por el uso del blanco y negro, se fruncen y reverberan. Si nos descuidamos, puede que no sea sólo agua lo que tenemos delante, sino pedazos de seso de vaca revueltos en la corriente. Y hablando de vacas, el ser bovino es un motivo reiterado en la obra de Janowski. Figuras fantasmales de bueyes que se alejan por un camino nocturno en medio de un paisaje de cielo encapotado interrumpido por manchas negras. Un paisaje sucio y angustiante, donde los animales tienen el carácter de espectros blanquecinos. Otra foto: un hombre mira a la cámara luciendo una cabeza de buey superpuesta a la suya. La mitad del ser antropomorfo queda inmovilizada por el flash. La otra mitad es arrastrada por un movimiento de barrido vertical. El bailador moxeño, semioculto bajo la cabeza del animal, sonríe con cierto orgullo casi coqueto. Después de todo, está exhibiendo un atuendo sagrado y ritual. Sagrado, pero no ancestral: el ganado bovino es una introducción relativamente reciente en la región. Introducción que trae consigo algunos trastornos ecológicos: en 2011 se inició en el Amazonas ecuatoriano un brote feroz de rabia humana silvestre causada por la mordedura de murciélagos hematófagos. Los bichos beben la sangre de las vacas y bueyes y luego la transfunden al humano. Así la enfermedad se propaga. Para ahuyentar a los murciélagos, el gobierno usó la estrategia de la luz: repartió paneles solares, que transforman la energía solar en eléctrica. Los vampiros, renuentes a la luz, cejaron en la embestida, refugiándose en las sombras. En casi todas las fotografías de Janowski el flash fue decisivo. Pero a diferencia del gobierno ecuatoriano, Janowski no utiliza la luz artificial para ahuyentar a las bestias, sino para invocar sus espectros. Para decir que si algo queda fijo, quieto, inmovilizado, nada impide que a su alrededor las cosas se desvanezcan, se fuguen de sus propios contornos. Así es la Amazonía, una lucha continua por la supervivencia en medio de la superabundancia. “En esa transformación del curso de la vida, paulatina pero constante, la Amazonía también modifica al que se acerca a ella”, confiesa Janowski. Otra vez, la selva es antropofágica.

POESIA ANTROPOLOGICA

Nicolás Janowski es antropólogo por la UAB de Barcelona. Estudió fotografía en el Centre Iris de París y en 2011 recibió una beca nacional del Incaa para desarrollar un proyecto audiovisual sobre Sitios Arqueológicos en Argentina. Su romance con la selva amazónica tuvo tres etapas, tres viajes que durarían alrededor de un mes cada uno. En el primero –septiembre de 2011– el destino fue la región del Napo, en la Amazonía ecuatoriana, y su atención se dirigió especialmente a las actividades de extracción de petróleo y cómo esto afecta a las personas que conviven con ella. Con la construcción de la Vía Auca, una autopista para extraer petróleo rápidamente, aumentaron los derrames de crudo produciendo malformaciones, cáncer y enfermedades pulmonares. Este aspecto social que capturó la sensibilidad de Janowsky, por cuestiones de edición, no es el más presente en la muestra. En un segundo viaje, a principios de 2012, visitó la región del Beni, en la Amazonía boliviana. Esta vez, Nicolás haría hincapié en las modificaciones introducidas en el ecosistema original, como los bueyes, traídos por los jesuitas a finales del siglo XVII. En su tercer viaje, a fines de 2012, nuestro fotógrafo eligió Iquitos (Perú) como residencia para explorar los contrastes entre la Amazonía rural, visitada en los viajes anteriores, y la Amazonía urbana. Allí aparecieron otros temas, como la prostitución, el alcoholismo y el turismo chamánico. Como antropólogo, Janowski plantea hipótesis de trabajo. Pero el resultado, lejos de restringirse al documento o ilustración de una idea, apela a una poesía repleta de ambigüedades.

Su serie agrupada bajo el título La serpiente líquida es maleable y se adapta a los contextos de exhibición, variando la cantidad y tamaño de las imágenes. En esta oportunidad, la galería Casa Florida es la anfitriona. Nacida en julio de 2011, en el barrio de Vicente López, Casa Florida se propuso como objetivo apoyar y difundir la obra de fotógrafos emergentes y consagrados. Dentro de este espacio cuidado, cálido y barrial, funciona la librería Musaraña, un sitio encantador donde vale la pena demorarse y deleitarse con joyitas de la ilustración.

HUMEDO SEXO

Las altas temperaturas obligan a los habitantes de la Amazonía a andar escasos de ropa. El cuerpo no se oculta, aunque tampoco se expone. Sin embargo, para cualquiera que provenga de la urbe, esta semidesnudez cotidiana resultará, por lo menos, novedosa. Janowski repara en los cuerpos desnudos para mostrarlos fundiéndose en el paisaje, camuflados por los efectos de la luz, que a veces se fragmenta rompiendo la unidad de un torso, de unos senos, de una espalda. Una mujer cierra los ojos e inclina la cabeza sumida en un estado de goce que bien podría ser la versión indígena de la Santa Teresa de Bernini. En su cuerpo, pliegues de algo que no llegamos a distinguir se superponen, de la misma manera que los hongos se adosan en niveles consecutivos al tronco de un árbol, como terrazas blanquecinas intercaladas. Otra mujer, también joven, también con los ojos cerrados, se aprieta los senos mientras quiebra la cadera, como una serpiente que transporta erotismo. Las mujeres posan, pero, paradójicamente, lo que posan es su propia intimidad. Porque aquí lo íntimo y lo público no son cosas separadas.

http://www.nicolasjanowski.net/Essays/Essays-Amazonas-The-Liquid-Serpent/6.html
La serpiente líquida
Nicolás Janowski
http://www.nicolasjanowski.net/Essays/Essays-Amazonas-The-Liquid-Serpent/19.html

La serpiente líquida
Nicolás Janowski

Las fotografías de Janowski oscilan entre el efectismo y la parquedad. Tal vez porque la selva, con su derroche superlativo de estímulos, es profundamente efectista. Tanto que, allí metidos, un silencio parco nos asalta, nos deja mudos, convertidos en un detalle más de la floresta.

Fotógrafos Venezolanos

Augusto Marcano mostró su propuesta "Dispara sin Pólvora" en el MAC
Caracas, 05 Jun. AVN.- Este miércoles 5 de junio, el fotógrafo venezolano Augusto Marcano mostró una recopilación de sus últimos seis años de trabajo a través de la propuesta "Dispara sin pólvora", que plantea el traslado al espacio urbano de elementos cotidianos en una vivienda como la cama, la mesa y la nevera, con la finalidad de generar el asombro y la duda entre las personas.
La presentación se llevó a cabo dentro del ciclo de charlas "Portafolios temáticos", que cada quince días realiza el Museo de Arte Contemporáneo, ubicado en Caracas. Allí, el artista compartió algunas anécdotas y expresó cuáles han sido los puntos de interés en los que ha enfocado su trabajo.
Mencionó, por ejemplo, la técnica que ha realizado con los cigarrillos. "Tomaba algunos y escribía en ellos poemas del escritor Jorge Luis Borges. Luego creaba una figura y después los compartía con las personas quienes al fumarlos transformaban el concepto en un arte efímero. Los cigarrillos se convertían en poesía", dijo.
También resaltó su necesidad en reflejar a través de la fotografía las partes internas de los objetos, para apreciarlos desde una perspectiva que permita alejarlos de la función que le ha impuesto la sociedad o el fabricante.
"Para mí los objetos son estructuras y cada uno de los elementos tridimensionales que lo componen tiene una riqueza definida. Si además le quitamos su funcionalidad y lo admiramos como pieza, el experimento resulta mucho más interesante", expresó.
Marcano ha trabajado en su obra con piezas de ajedrez. "Tomé un grupo considerable de peones de color blanco y negro y los coloqué en las calles. Luego les realicé una serie de fotografías con un concepto que pretende reflejar la polarización en el país".
Dispara sin pólvora
La propuesta "Dispara sin pólvora" que durante 6 años ha realizado el artista, se expuso en el MAC a través de una serie de videos en donde Marcano, vestido de negro y en camiseta, aparece trasladando objetos cotidianos en una motocicleta. Luego, los colocaba en avenidas, entradas de negocios, plazas y demás espacios visibles por los transeúntes.
Con respecto al resultado obtenido con el proyecto, Marcano reconoció que su interés no va más allá de generar la duda entre las personas que coincidan con estos elementos colocados estratégicamente en las calles; sin embargo, parte del concepto de la propuesta pretende analizar el espacio urbano como un segundo hogar.
En el desarrollo de "Dispara sin Pólvora", Marcano colocó una cama en el bulevar de Sabana Grande, ubicado en Caracas, donde durmió por más de tres horas.
Con relación a la apreciación del arte en el país, consideró que entre los venezolanos aún persiste un desinterés que debe ser analizado, por lo que pidió a los artistas plásticos crear alternativas que permitan llevar sus trabajos a las calles y no solo plantearlos dentro de salas de museos.
Las más recientes exposiciones del artista son "Desde la Orilla. Arte Contemporáneo de Oriente" (2013), que aún se mantiene en el Museo Alejandro Otero, ubicado en La Rinconada, Caracas, y "La Sangría", expuesta en el Centro de Estudios Latinoamericanos (Celarg) ubicado en la avenida Luis Roche, Altamira.
Marcano, que ha participado en diferentes exposiciones nacionales e internacionales, realizó estudios de artes plásticas en la Universidad Experimental Nacional de las Artes (Unearte) y en la Escuela de Artes Visuales Cristóbal Rojas.
AVN 05/06/2013 22:44
 



Roberto Mata





Carlos Ancheta


Carlos Germán Rojas


Vladimir Sersa 


Antal Oppenheimer


Nace en Hungría en 1936. Llega a Venezuela en 1957.
Principalmente dedicado a la fotografía comercial, entre 1957 y 1962 desempeña trabajos fotográficos de reportajes y se inicia en la fotografía industrial e ilustración de libros.
En 1963 funda Estudios Oppenheimer, donde incursionó en la fotografía publicitaria, realizando los primeros trabajos complejos en transparencia de formato grande. También se dedicó a la ilustración de publicaciones industriales, catálogos de alimentos, cosméticos y licores.
En 1997 comienza a realizar trabajos de fotografía digital para luego, en 1999, fundar Oppenheimer Digital Studio.
Ha obtenido más de diez premios ANDA.
Fuente: http://www.analitica.com/va/arte/actualidad/4678974.asp


José Reinaldo Guédez

Fotógrafo de Danza
Profesor de UNEARTES
Asistió al cuso que David Hockey dictó en el MAO 



Escritor, periodista y fotógrafo venezolano. Regularmente publica artículos en diarios y revistas nacionales e internacionales, impresas y electrónicas.



Dedicado al documentalismo, domina la fotografía y el video como herramientas para su búsqueda visual. Gracias a su invitación hemos podido editar su trabajo sobre Caracas. Estudió en Kansas y su trabajo en las favelas de Brasil ya tiene reconocimiento internacional y libro. 
 


Miguel Acosta Saignes  

(Nacido en San Casimiro, estado Aragua el 8 de noviembre de 1908 y fallecido en Caracas el 10 de febrero de 1989)
fue un periodista, ensayista, político, etnohistoriador, geógrafo y docente venezolano. Fundador de los estudios antropológicos en Venezuela y de la Escuela de Periodismo de la Universidad Central de Venezuela.

 

Egon Koopmans Kuhr

Fotógrafo de Productos Publicitarios

Avecofa

Fotografía para Cine


La Invención del Cine

por Beltrán Mena C.

 

Este texto son las notas de una charla que díel martes 13 de agosto (1996) por invitación del Departamento de Medicina Interna. Esta había sido ya presentada el año pasado al Departamento de Pediatría, en el contexto de los 100 años del cine, que se cumplieron el 28 de diciembre de 1995.

En su afán de recrear el mundo, el hombre inventó desde un comienzo la pintura y la escultura, reproduciendo así objetos en dos y tres dimensiones. Sin embargo, la cuarta dimensión -la del tiempo- le fue siempre muy esquiva.
Auguste Lumiere dice una hermosa frase en sus memorias: "Mi hermano, en una noche, inventó el cinematógrafo". En esta breve reseña histórica entenderemos qué fue lo que Louis Lumiere inventó esa noche, pero sobre todo entenderemos que su invento fue la coronación de muchos inventos y descubrimientos a lo largo de cientos de años, no todos ellos tenían por meta el cine, pero cada uno fue un paso indispensable en el camino que llevaría a la gran noche de Louis Lumiére.

Indice:

La cámara oscura
Invención de la fotografía
El Daguerrotipo
Fox Talbot y el Calotipo
Nuevos progresos fotográficos
La animación
La proyección de imágenes animadas
Muybridge y la cronofotografía
De la cronofotografía a la filmadora
El Cine

 

La cámara oscura

De los inventos y descubrimientos que conducen al cine, el más antiguo es el de la cámara oscura. Descrita por el árabe Alhazen en el año 1039, las referencias más antiguas en Europa son del siglo XVI. Existe una ilustración de 1545 que la muestra siendo utilizada para observar un eclipse de 1544. Existen otras referencias de 1550 y una descripción de Leonardo que se descubrió siglos después. Sin embargo la primera descripción completa y exacta de la forma de trabajar de la cámara oscura corresponde al italiano Della Porta en 1558.
La imágen no era muy luminosa y Bárbaro -un noble veneciano- sugirió colocar un lente biconvexo en el agujero de la cámara para mejorar la imágen. El lente biconvexo se usaba como lupa ya desde el siglo XI. El mismo Della Porta realiza otro progreso importante agregando un espejo a la cámara oscura, lo que permitía enderezar la imágen invertida.Todas estas cámaras eran habitaciones completas.
Durante el siglo siguiente se popularizaron diferentes tipos de cámaras portátiles que proyectaban una imagen sobre papel aceitado, lo que permitía a técnicos y artistas realizar dibujos de la naturaleza. Johannes Kepler ,el famoso astrónomo, utilizó una cámara oscura portátil en 1620, para trabajos de topografía. A lo largo del siglo, el uso de este artefacto se hizo más y más común, al punto de que los turistas de la época llevaban consigo un modelo portátil para ilustrar sus diarios de viaje.
El próximo avance importante en la historia de la cámara oscura tuvo que esperar hasta 1812, cuando Wollaston inventa el lente de menisco, capaz de formar imágenes mucho mejores que las del lente biconvexo, lo que el mismo Wollaston mejoró aún más con la adición de un diafragma fijo, que daba a su lente una luminosidad de f 16. Era tan buena la calidad de la imágen que los que utilizaban la cámara oscura comenzaron a soñar con obtener las imágenes sin necesidad del lápiz.

Invención de la fotografía

Una serie de descubrimientos químicos que comienza en 1663, hizo posible este sueño. Ese año el irlandés Boyle -el mismo de la ley de los gases- descubrió que el Cloruro de Plata se ennegrecía al sacarlo de un recipiente, pero atribuyó erroneamente este ennegrecimiento al contacto con el aire. Schulze, en 1725, estudió una sustancia similar, el nitrato de plata, y explicó correctamente su ennegrecimiento como debido a la luz. En 1757, Beccaria, un profesor de la Universidad de Turín, explicó correctamente el ennegrecimiento del AgCl como debido a lo mismo. Todas ellas son observaciones químicas aisladas y no tenemos antecedentes de que alguno de estos científicos haya visualizado alguna utilidad fotográfica para su descubrimiento.
En 1803, Davy publica en Inglaterra los resultados obtenidos por su amigo Wedgwood, quién había estado trabajando anónimamente desde 1799. Este recubrió cueros y papeles con Nitrato de Plata y logró obtener imágenes de grabados hechos en vidrio o de objetos puestos en contacto con la placa. Como no disponía de un método para fijar las imágenes obtenidas, debía guardarlas en la oscuridad y mostrarlas bajo la luz tenue de una vela. Wedgwood intentó obtener imágenes con ayuda de una cámara oscura, pero sin resultados. Fue el primer intento bien encaminado en esta dirección.
La primera fotografía será obtenida por Joseph-Nicéphore Niepce, en 1826. Provinciano acomodado y científico aficionado, Niepce se dedicó pacientemente desde 1816 a obtener imágenes con el uso de una cámara. Utilizó todos los escritos disponibles sobre la fotosensibilidad de diferentes materiales y los utilizó uno a uno. Incluso obtuvo imágenes con Cloruro de Plata, pero no logró fijarlas bien con ácido cítrico.
Tuvo éxito en 1826, obtuvo la primera fotografía permanente del natural, con una exposición de 8 horas. Su método consistió en recubrir una placa con asfalto, el que al ser sometido a la luz se vuelve insoluble, fijó luego la imagen con una mezcla de aceite de espliego y petroleo que diluía la superficie no expuesta.
Niepce utilizó cámaras pequeñas, fabricadas por él mismo, cuyo tamaño venía dado por las distancias focales de los lentes que encontró. Montó los lentes en tubos, incorporó el uso de fuelles y de un diafragma fijo que luego reemplazó por un diafragma de iris. Su mejor lente parece haber sido un menisco de Wollaston que compró a Chevalier, en París.
De esta manera, Niepce se transformó en el inventor de la fotografía. Sin embargo tomó dos decisiones equivocadas, que le hicieron trabajar en el camino incorrecto. La primera fue el descartar aquellos procedimientos que condujeran a imágenes negativas; la segunda fue que -pensando siempre en la necesidad de reproducir posteriormente las imágenes obtenidas- Niepce intentó siempre obtener placas de litografía más que fotografías en sí mismas. Ambas decisiones conducían a caminos y métodos de trabajo muy engorrosos.

El Daguerrotipo

El óptico Chevalier, a quién Niepce compraba sus lentes cuando iba a París, lo puso en contacto con Louis Daguerre, un empresario de la ciudad, dueño de un espectáculo de escenas iluminadas de gran éxito por 1822, conocido como Diorama. Daguerre utilizaba la cámara oscura y soñaba como muchos otros con un método de fijar las imágenes. Convenció a Niepce de firmar un contrato para desarrollar juntos un sistema adecuado, a partir de las experiencias de este. Niepce aportó la descripción detallada de su proceso. Daguerre tenía la juventud, el interés, la posición económica y un lente doble diseñado por los Chevalier, un menisco de Wollaston perfeccionado que tenía una luminosidad aproximada de f 14 y una distancia focal de 375mm.
Al parecer, cuando firmaron su acuerdo en 1829, cada uno esperó más de la cuenta de lo que el otro podía aportar. Daguerre insistió mucho a Niepce en experimentar con placas recubiertas en yoduro de plata, pero este no mostró interés suponiéndolo un camino perdido, ya que él había utilizado la sustancia. Niepce muere en 1833 y Daguerre continúa sus investigaciones solo y en secreto.
En 1835 Daguerre realizará un descubrimiento fundamental que dará forma al primer método práctico de obtener fotografías. Aunque existen varias versiones semi-legendarias acerca de este descubrimiento, la siguiente historia parece la más verosímil. Daguerre guardó una placa de plata yodizada en un closet, esta se encontraba insuficientemente expuesta por lo que no se veía en ella ninguna imágen. Al volver a buscarla tiempo después encontró una imágen completamente revelada. Un proceso de descarte uno a uno de los productos almacenados en el closet le llevó a descubrir que el agente revelador era el mercurio. De esta manera consiguió reducir la exposición a tiempos de alrededor de media hora, obteniendo una imágen invisible (latente), que era posteriormente revelada con vapor de mercurio, dando placas positivas. Aunque Daguerre aseguró al Journal des Artistes que era capaz de obtener imágenes permanentes ya entonces, la verdad es que solo en 1837 descubriría la forma de fijarlas utilizando una solución de sal común, que diluía el yoduro de plata no expuesto.
El proceso de Daguerre tenía 5 etapas:
  • Preparación: Una placa de cobre recubierta en plata metálica se pule finamente.
  • Sensibilización: En la oscuridad la placa se expone al vapor de yodo, creando una superficie de yoduro de plata fotosensible.
  • Exposición: La placa se expone en una cámara fotográfica durante una media hora.
  • Revelado: La placa se expone al vapor de mercurio a 60ºC. El mercurio se adhiere a las zonas expuestas.
  • Fijado: La placa se lava en una solución de sal común que retira el yoduro de plata no expuesto. El resultado es que en las sombras se deja ver la capa de plata pulida oscura y en las luces el depósito lechoso de la amalgama de mercurio y plata.
Daguerre no consigue financiar el desarrollo industrial de su invento y acude al astrónomo Arago en 1839 para que lo patrocine ante el gobierno francés. Este informa a la Academia de Ciencias el 7 de Febrero, aparecen las primeras noticias en la prensa. Sin embargo, el 8 de Marzo se incendia el Diorama de Daguerre y éste queda arruinado. El 3 de Julio, luego del alegato de Aragó, la Cámara de Diputados aprueba una pensión vitalicia para Daguerre de 6.000 francos y una de 4.000 para el hijo de Niepce. La Cámara Alta aprueba la pensión el 30 de Julio, luego del informe del físico Gay-Lussac. Francia queda con ello como dueña del invento y en un famoso discurso el 19 de Agosto de 1839, Aragó ofrece al mundo en nombre de su país el descubrimiento de Daguerre, bautizado desde entonces como Daguerrotipo.
Como Daguerre no poseía la patente de su invento, no pudo comercializarlo, pero los manuales de instrucción escritos por él se vendieron muchísimo, así como su cámara, de unos 50 Kg, fabricada por Giroux y equipada con un menisco de Wollaston perfeccionado que mencionamos más arriba. Como Chevalier no daba abasto a la demanda, algunas cámaras llevaban lentes plano-convexos fabricados por Lerrebours u otros ópticos parisienses, de F: 400 y f: 16.
La fotografía fue un éxito inmediato. Hacia fines de año existían cientos de ellos y las cámaras habían reducido su peso a sólo 15 Kg. Por su parte, Daguerre fue condecorado y se hizo famoso.
El daguerrotipo fue el primer sistema práctico de fotografía que se inventó, sin embargo, como suele suceder en la historia de la tecnología, no era el camino correcto. Necesitaba largas exposiciones, el contraste no era bueno y eran incómodos de visualizar, pero el problema principal era la imposibilidad de obtener copias a partir de ellos. El camino que se demostraría correcto sería el emprendido por un noble inglés, William Fox Talbot.

Fox Talbot y el calotipo

Frustrado por su incapacidad para el dibujo y su falta de habilidad para hacer croquis con la cámara oscura, Talbot se abocó desde 1833 a usar el aparato para obtener imágenes por medios químicos. Sus descubrimientos son sorprendentemente paralelos a los de Daguerre, obteniendo ya en 1835 una foto de su casa, Lacock Abbey. Talbot exponía pequeños negativos de 2,5 X 2,5 cms sobre papel recubierto en cloruro de plata, con cámaras de 6 X 6 cms y exposiciones de 1/2 hora. Fijaba insuficientemente las imágenes con sal común o cloruro de potasio y luego obtenía copias por contacto sobre papel, creando así el mecanismo negativo-positivo que conocemos hasta hoy.
En 1839 Talbot escucha en Inglaterra del invento de Daguerre y consigue que Faraday presente sus siluetas sobre papel fotográfico -llamadas por el "dibujos fotogénicos"- a la Royal Institution el 25 de Enero y él personalmente a la Royal Society el 31 del mismo mes.
El astrónomo inglés Herschel, propone a Talbot el Tiosulfato de Sodio como agente fijador para su sistema. Pasó a formar parte del proceso de Talbot, llamado Calotipo, fue adoptado como fijador en el Daguerrotipo y se mantiene hasta hoy como el fijador standard. Herschel había descubierto ya en 1819 que el Tiosulfato Sódico poseía la propiedad de disolver los Haluros de Plata, pero lo guardó como un descubrimiento sin utilidad práctica por veinte años, hasta que el invento de Talbot le hizo desempolvarlo.
Herschel tuvo también el mérito de inventar la palabra fotografía, la que utilizó en una carta a Talbot del 28 de Febrero de 1839. El calotipo se extiende rápidamente por el mundo, transformándose en el procedimiento alternativo al Daguerrotipo.
En 1840, Talbot acelera la velocidad de su emulsión utilizando Bromuro de Plata y reservando el Cloruro de Plata, más lento, para los positivos en papel. En forma independiente de Daguerre, descubrió la imágen latente y su revelado posterior con un revelador que llamó Gallo-Nitrato de Plata, inventando lo que se conoce hoy como "revelado físico". Con ambas mejoras, el calotipo solo necesitaba una exposición de unos 5 minutos a la luz del sol, con un diafragma de f 8. Talbot fue el inventor de la fotografía como la conocemos hoy, y siguió experimentando con ella hasta su muerte en 1877. Entre otras cosas, publicó"The Pencil of Nature", el primer libro ilustrado con fotografías y utilizó en 1851 la chispa eléctrica como fuente de luz, siendo un precursor de flash electrónico.

Nuevos progresos fotográficos

En 1841, el matemático húngaro Petzval, utilizando por primera vez el cálculo con estos fines, inventó para la firma alemana Voigtlander un lente para retrato mucho más rápido que cualquier lente conocido hasta la fecha. Petzval comenzó por acortar la distancia focal del lente, como el daguerrotipo no podía ampliarse, esto significaba un menor tamaño de la foto, pero tratándose de retratos el tamaño era adecuado: 9 cm de diámetro, para una foto circular.
Se trataba de un objetivo de cuatro elementos, en dos grupos, con una distancia focal de 150 mm y una luminosidad de f 3.6, 13 veces más rápido que los lentes de Daguerre. Probablemente basó su diseño en el telescopio de Fraunhofer
Esta velocidad permitió tomar retratos con un minuto de exposición. Las mejoras en los métodos de sensibilización de placas redujeron los tiempos de exposición a unos 15 segundos. El retrato se popularizó y llegaron a captarse algunas escenas callejeras. Fue el lente más popular del mundo durante 50 años, hasta que apareció en 1889 el anastigmático de Zeiss, diseñado por Rudolph.
En 1851, el inglés Archer inventó un nuevo proceso de preparación de emulsiones y de revelado, conocido como "colodión húmedo". El método era engorroso, las placas debían ser sensibilizadas con plata el instante antes de usarse y ser expuestas todavía húmedas. Requería además de un equipo que hacía difícil su uso en el campo. A pesar de todas estas dificultades, el método revolucionó la fotografía y desplazó tanto al Daguerrotipo como al Calotipo, al permitir acortar considerablemente las exposiciónes. Apareciócon ello la anhelada "fotografía instantánea". Archer no patentó su invento y lo regaló al dominio público. Escribió el primer manual explicando la técnica y murió en 1857.
De esta manera se había puesto a punto una técnica largamente soñada, retener imágenes del mundo que se nos escapa. Pero faltaba un largo camino para lograr que esas imágenes se movieran.

La animación

Mientras Niepce intentaba conseguir sus primeras imágenes, el médico inglés Roget realizaba los primeros experimentos acerca de la "persistencia retiniana" y los presentaba a la Royal Society. Se trataba de la interpretación de un fenómeno particular, el título de su presentación era "Explicación de una ilusión óptica relativa a la apariencia de los radios de una rueda vistos a través de una ranura vertical". Un par de años más tarde, el mismo año en que Niepce obtenía la primera fotografía de la historia, J. A. Paris inventa el Taumatropo, juguete basado en los descubrimientos de Roget. Consistía en un disco con dibujos diferentes en ambas caras, que al rotarse rápidamente daba la ilusión de una figura única.
Un belga, Plateau, da forma a la teoría de la persistencia retiniana y en 1829 inventa otro juguete, el fenakistoscopio. Estaba compuesto de dos discos que giraban sobre un mismo eje, en uno de ellos se practicaban ranuras radiales que permitían mirar el segundo, donde se veían figuras estampadas, al girar los discos y mirar a través de la ranura, las figuras parecían moverse. Este es el primer invento que permite dar la ilusión de movimiento, fue muy popular y dió origen a un gran número de aparatos similares. El más popular por mucho tiempo fue el zootropo, inventado por Horner en 1834. Se trataba de un cilindro bajo, con ranuras verticales y figuras estampadas en su interior. Sencillo de fabricar y cómodo de utilizar, se mantendría como el aparato de animación más común hasta 1887, en que Reynaud inventa el praxinoscopio, que reemplaza las ranuras por un bloque de espejos situado en el centro de la rueda giratoria, lo que hacía al aparato mucho más nítido, luminoso y fácil de observar.

La proyección de imágenes animadas

Sin embargo, de mucho más interés para nosotros que el praxinoscopio es otro invento de 1834. Este año Molteni fabrica un fenakistoscopio cuyas imágenes pueden proyectarse en un muro, lo que permite que sean vistas por varias personas simultáneamente, al tiempo que produce un efecto más dramático. Su invento era la combinación del aparato de Plateau con un viejo invento que se utilizaba mucho desde el siglo XVII: la linterna mágica.
La referencia más antigua a la linterna mágica es la que hace Athanasius Kirchner, un jesuíta alemán, en 1640 en su libro Ars Magna Lucis et Umbrae. Sin embargo será más clara la descripción del inglés Hooke en 1668. Este mismo hombre fue el inventor del diafragma de iris, utilizado en fotografía hasta hoy. Sin embargo, Hooke es famoso sobre todo por su contribución a la microscopía, y por haber sido el primero en observar una célula al microscopio.
La linterna mágica utilizaba la llama de una lámpara como fuente de luz y un lente para enfocar la imágen en la pared. Las imágenes proyectadas eran dibujadas y coloreadas a mano sobre vidrios. Fué siempre utilizada como curiosidad o como un juguete de entretención.
En el aparato de Molteni, un disco de vidrio con las imagenes se proyectaba con ayuda de la linterna mágica. Un disco obturador giraba en el mismo eje, dando 10 vueltas por cada vuelta del disco de los monos. Ambos discos giraban en forma continua.
El mismo Molteni hizo una importante modificación a su propio invento y Dealy lo adaptó en un aparato que llamó coretoscopio. En este, el disco de las imágenes se movía intermitentemente, pasándose una imagen por cada revolución del obturador, lo que hacía más eficaz el sistema. Se trata del primer aparato de mecanismo intermitente que se usa para animar imágenes.
Se contaba con un medio de animar imágenes, con el nacimiento de la fotografía, surgirá el deseo de que estas imágenes sean obtenidas de la realidad y no simplemente dibujadas. Plateau, el inventor del fenakistoscopio, propone en 1849 que las pequeñas figuras sean reemplazadas por pequeñas fotografías, lo que intentarán Claudet y Duboscq en 1851. Sin embargo para lograr una cosa así, era necesario que pudieran tomarse fotografías en secuencia muy rápida para descomponer el movimiento, lo que era muy difícil dada la lentitud de las emulsiones y lo engorroso del manejo de las placas. El invento del colodión húmedo, al acelerar la velocidad de las emulsiones, permitió avanzar en este camino, que conducirá finalmente al invento de la filmadora.

Muybridge y la cronofotografía

Ya en 1861, Du Mont propone una manera de obtener placas en rápida sucesión y usar copias en el zootropo. No hemos podido averiguar si du Mont llevó a cabo su invento o si sólo se trata de la patente, en cualquier caso, la exposición de las placas no se hacía a intervalos regulares. El primer aparato estrictamente cronofotográfico es el revólver astronómico de Janssen, que utilizó en 1874 para registrar el único motivo suficientemente luminoso: el tránsito de Venus frente al sol. Sería Eadweard Muybridge, un exitoso fotógrafo inglés radicado en San Francisco, el primero en conseguir registrar el movimiento de seres vivos, reproducirlo e incluso proyectarlo.
Ingresa a nuestra historia debido a los trabajos de un fisiólogo francés, Jules Marey. Este se dedicaba en 1870 a estudiar el movimiento animal con medios mecánicos. Una de las observaciones de Marey concluía que el caballo, tendría durante un momento de su galope las cuatro patas en el aire. El millonario americano Stanford, gobernador de California y fundador de la universidad que lleva su nombre, vió en el estudio de Marey la prueba de lo que siempre había pensado. Stanford criaba caballos de carrera y el problema del galope de los caballos era al parecer una vieja discusión entre los aficionados. Stanford cruzó una apuesta de 25.000 dólares y contrató a Muybridge para dirimirla, con ayuda de la única prueba inobjetable: la fotografía. Esto en 1872.
Era un desafío gigantesco para Muybridge, y Stanford lo apoyó con todo su entusiasmo y su fortuna. Escogió para el experimento su caballo favorito, "Occident", un trotador que pasaría frente a la cámara a más de 30 Km/hr. Muybridge le hizo notar a su cliente que el pedido estaba fuera del alcance de la fotografía de ese entonces. El obturador más rápido que se podía comprar no superaba el 1/2 seg y los fotógrafos de retratos de la época seguían sujetando las cabezas de sus clientes con apoyos especiales.
Lo primero fue diseñar un obturador más rápido, para lo que diseñó un sistema de cortinas de madera provistas de una ranura, que pasaban rápidamente frente al lente gracias a unos elásticos, elevó con esto la velocidad de obturación a 1/2000 de seg. Con esta cámara intentó fotografiar al caballo, consiguiendo una foto borrosa que pareció dar la razón a Stanford. Este quedó convencido, pero consideró que para convencer a sus adversarios eran necesarios resultados aún mejores. Pero los trabajos debieron interrumpirse en 1874: el fotógrafo descubrió que el hijo que le dió su mujer no era suyo, fué donde el amante y lo mató de un tiro. Stanford prefirió no verse vinculado al escándalo, pero aparentemente pagó los abogados de Muybridge, quién fue liberado con el veredicto de "homicidio justificable". Muybridge se dedicó a explorar con la cámara las tierras exóticas de Panamá y Guatemala, con excelentes resultados, haciendo tiempo hasta que se acallara el revuelo.
A su regreso, notando lo difícil que era obtener la imagen del momento crítico del trote con una sola cámara, Stanford sugirió a Muybridge poner varias en fila, lo que este puso en práctica de inmediato. Alineó12 cámaras que mandó construir, las cubrió con un techo y construyó una larga pieza oscura detrás de ellas, desde donde manipulaba las placas.
Las fotos obtenidas hasta ese momento no eran suficientemente nítidas, ya que la luz era poca para la lentitud de las emulsiones. Muybridge decide hacer trotar al caballo frente a un tabique blanco inclinado de tal manera que reflejara el máximo de luz hacia la cámara, de esta manera se obtendría solo una silueta del caballo, pero con la nitidez suficiente para mostar las patas en movimiento. Tenía montada la trampa para capturar el movimiento de "Occident", pero el recorrido completo no tomaría más de 1/2 seg, y hacía falta una manera de disparar las cámaras, cada una en el momento justo en que el caballo pasara frente a ella. Muybridge decidió que el paso del carro presionara bastones situados en el suelo y que estos fuesen activando las cámaras. Muybridge diseñó para ello disparadores electromagnéticos, trabajando con un ingeniero de 17 años que le sugirió la idea. Finalmente, en 1878, Muybridge obtuvo resultados suficientemente buenos como para que Stanford se atreviera a mostrarlos. La prensa vió una exhibición completa, desde el trote hasta las fotos terminadas. Quedaron impresionados. Stanford ganó además su apuesta, ya que definitivamente había un momento de su carrera en que el caballo levantaba simultaneamente las cuatro patas en el aire.
En lo que respecta a la historia del cine, la importancia de Muybridge es haber logrado la primera serie de fotografías que descomponían el movimiento rápido.
Excitado por los resultados, Stanford autorizó nuevos experimentos. Doblaron el número de cámaras a 24, y en 1879, se obtuvo la excelente serie de 24 fotos que se ha hecho famosa. Pero frente a las 24 fotos del movimiento descompuesto, la tentación de volver a reconstruirlo era muy grande. El millonario le pidió al fotógrafo que inventara una forma de proyectar para sus amigos el caballo en movimiento, ofreciéndole para ello algunos juguetes que ya conocemos: un fenakistoscopio y una linterna mágica. Muybridge juntó las piezas, instaló en el fenakistoscopio un disco de vidrio sobre el cual pegó transparencias del caballo. Acopló un disco en forma de cruz de Malta que giraba frente al de las imágenes, haciendo de obturador. En el otoño de 1879, mientras Chile se embarcaba en la Guerra del Pacífico, Muybridge proyectaba en una muralla de Menlo Park la primera imagen en movimiento obtenida de la realidad. La dupla Stanford-Muybridge fué un paso más allá, y proyectó al año siguiente la película en el Art Asociation Hall de San Francisco, la primera proyección pagada. Los periódicos se entusiasmaron con la idea de una nueva forma de entretención.
El invento de Muybridge estaba muy cerca de ser cine como lo conocemos, pero le faltaba algo. Las fotos que tomaba no registraban el movimiento a intervalos regulares, sino a los intervalos que determinaba el sujeto fotografiado, de manera que el tiempo de duración de la película no coincidía con el tiempo original de la acción. Si el caballo no hubiese hecho el recorrido esperado, simplemente no podría haber sido filmado. Además, el punto de vista de cada toma era distinto, no se estaba reconstruyendo la acción desde el punto de vista de una persona, sino desde el de una cámara que acompañara al sujeto, lo que hoy sería un travelling, en que en cada foto, la acción tiene un punto de vista distinto. Muybridge era capaz de filmar un caballo a todo galope, pero paradojicamente, no era capaz de lograr lo mismo con una simple bandera movida por el viento. El que lograría esto sería Marey, el mismo científico cuyos experimentos excitaron a Stanford.

De la cronofotografía a la filmadora

Marey vió las fotos de Muybridge publicadas en la revista La Nature y le escribió diciendo que estaba totalmente admirado de los resultados, invitándole a colaborar con él. A instancias del pintor Meissonier, Stanford llevó a Muybridge a París. La fama hizo que los antiguos socios se pelearan. Pero mientras esto sucedía, Marey inventó su fusil fotográfico. En sus primeros experimentos con la fotografía, Marey consiguió tomar varias fotos de un sujeto en movimiento sobre el mismo negativo. Pero su fusil fotográfico de 1882 tomaba 12 fotos pequeñas sobre una placa circular, con una exposición de 1/750 de seg cada una, a intervalos regulares. Se trata, ahora sí, de la primera filmadora, excepto por que las imágenes obtenidas tenían por finalidad descomponer el movimiento para su estudio y no para su proyección, utilizándose sobre todo para registrar el vuelo de los pájaros. La otra diferencia con una filmadora era que, al ser obtenidas las imágenes sobre un disco de vidrio, la duración de la acción que se podía registrar era necesariamente muy breve.
Nuevos inventos en el campo de la fotografía llevarían en pocos años a resolver este último problema. A pesar de que nuevas placas de gelatina reemplazaron al proceso del colodión, se siguió buscando más comodidad. Así, para no tener que cambiar placas entre cada foto, algunos fabricantes inventaron el rollo de papel fotográfico, sobre el que se obtenían varias fotos. Pero este invento sólo se introdujo con fuerza gracias a George Eastman, creador de la Kodak, quién comercializa en 1885 un rollo de papel de 24 negativos. El mismo Eastman populariza el rollo de celuloide en 1888, material que los hermanos Hyatt habían inventado en 1869.
Edison utilizó este material y se hizo fabricar rollos especiales por Eastman, pero esta vez para tomar películas y no fotos aisladas. Inventa el Kinetograph en 1889. Este aparato filmaba películas tal cual como las conocemos hoy, a 24 cuadros por segundo. Es más, Edison crea la película de 35 mm, que se usa hasta hoy, e incluso sus perforaciones
Lo que no hizo Edison, y solo por eso no se le considera el inventor del cine, fue proyectar sus películas. Para verlas introdujo en 1891 el Kinetoscopio, una caja dentro de la cual había que mirar y donde podían observarse películas introduciendo una moneda.

El cine

Los hermanos Lumiére conocieron este aparato, así como el praxinoscopio de proyección, de Reynaud, con el cual este presentaba en la misma época películas de dibujos animados, dibujadas y coloreadas por él a mano, sobre película transparente y flexible. Louis Lumiére dió con un sistema más sencillo para el avance intermitente de la película perforada, el mecanismo de uña. Inventó esto en una noche de insomnio y es a eso lo que se refiere su hermano Auguste al decir que Louis, en una noche, inventó el cinematógrafo.
La primera proyección pública de las películas de los Lumiére se efectuóel 28 de Diciembre de 1895. Concluía una frenética serie de inventos que ocupó todo el siglo XIX y la nueva técnica quedaba a punto para transformarse en el arte del siglo XX.

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